Vale a pena refletir...

Em 2001, o bailaor e coreógrafo Javier Latorre convocou a imprensa sevilhana para ler o que ele considerou como um "Manifesto", cujo intuito era denunciar a situação pela qual a dança flamenca estava passando naquele momento. Muito embora suas palavras não devam ser encaradas como incontestáveis, elas ainda parecem bastante atuais e nos fazem pensar em muitas coisas que temos visto ao longo desses 11 anos de Oficina Flamenca. Demos destaque a esse trecho, pois ele tem muito a ver com o que costumamos conversar com nossos alunos, especialmente no âmbito do curso de cultura - ocasião em que temos oportunidade de debater sobre o assunto. Algumas pessoas podem discordar do que ele fala, mas pelo menos ele expõe uma situação real e merece ser pensada de forma crítica, ao invés de ser compreendida como "natural".

"La coreografía no es una ciencia infusa ni la consecuencia de una aparición divina o una experiencia mística, sino el producto de un aprendizaje continuo, una experimentación constante, una riqueza de vocabulario, y de un sentido de la geometría, del movimiento de grupo y de la simplicidad y el aprovechamiento máximo de las cualidades de los bailarines con los que creas en cada obra. Ser coreógrafo no consiste en exigir que los pupilos bailen igual que el coreógrafo. En defensa y por respeto a la profesionalidad y esfuerzo que requiere ser coreógrafo, denuncio que en el ámbito FLAMENCO se incurre en el plagio y en la explotación de los bailarines que forman parte de muchas compañías de renombre, y que los que están al frente de esas compañías firman obras sin haberlas creado y sin compartir derechos de autor con los 'negros' que les hacen el trabajo ni con los profesionales que han formado a esos jóvenes 'negros', aprovechándose de las ganas de esos jóvenes y bajo la amenaza de deshacer la compañía y dejarles sin trabajo si no actúan como ellos imponen. Esto equivale a decenas de millones de pesetas. Cuando una presentadora de televisión firma una obra que no es suya y que además contiene plagios, o cuando un premio Nobel de Literatura es llevado a los Tribunales de Justicia por la misma causa, siendo aceptada la denuncia y sin haberse demostrado aún su culpabilidad, se convierten en noticia y escándalo a nivel nacional. Esto mismo pasa con las coreografías de muchas compañías de FLAMENCO y de DANZA ESPAÑOLA, con el consentimiento, complicidad y silencio de los profesionales que conocen la realidad. Para mi no deja de ser un delito de apropiación intelectual y de fraude como los antes citados. Por favor, no confundamos el término 'coreógrafo' con el de 'director de escena', 'responsable artístico', o como quieran llamarlo."

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