Entrevista com Antonio El Pipa

Excelente entrevista com o querido maestro Antonio El Pipa, que conquistou nossos corações em Jerez de la Frontera pela sua generosidade ao compartilhar seu conhecimento sobre o baile flamenco! 

Tivemos a oportunidade de assisti-lo ao vivo em duas ocasiões no Festival de Jerez e a impressão que temos ao vê-lo dançar é que o flamenco dos antigos ainda está presente em nossas vidas. :)) 

Ainda que seu estilo seja considerado "fora de moda" por algumas pessoas, pudemos ver e conviver com muita gente que ainda ama o flamenco puro e não aquele de malabarismos ou interpretado de forma fria e puramente técnica. Porque o que sempre dizemos na Oficina Flamenca é: nem tudo que impressiona emociona, e nem tudo que nos emociona nos impressiona. No caso de Antonio El Pipa, seria impossível descrever como ele nos emociona e impressiona ao mesmo tempo, seja como artista ou professor! 

Entrevista publicada em 13/07/2012 no periódico espanhol SUR.es 

Con un par de frases lo deja claro: «Soy gitano de Jerez de la Frontera y del barrio de Santiago. Mi abuela fue Tía Juana la del Pipa». Con estos antecedentes, su baile no podía ser de otra forma. Antonio El Pipa defiende el arte flamenco más puro en un tiempo dominado por la fusión. Bailaor, coreógrafo y director de su propia compañía, ejerce su profesión al margen de los focos del mundo del espectáculo. No se siente cómodo «en esa onda». Lo suyo es bailar sobre un escenario. El Pipa atiende al teléfono unos días antes de estrenar su 'Re-Encuentro' con la bailora Lola Greco. Será el 18 de julio en el Festival de la Cueva de Nerja, un lugar «muy especial» en el que actúa por primera vez. «Me hace una ilusión tremenda», señala.

-¿Cómo será el 'Re-Encuentro' con Lola Greco? 
-Emotivo y especial. Desde 2005 que colaboró para mí en 'Pasión y ley' no hemos vuelto a bailar juntos. Haremos un paso a dos, ella tendrá sus solos y yo los míos. 

-En este espectáculo habrá ocho personas en escena. ¿Esos montajes con más de 20 artistas en las tablas han quedado atrás? 
-No es eso. Cada espacio, cada festival o cada programación te pide algo diferente. En mi último espectáculo, 'Danzacalí', somos 20. 

-¿Y se puede mantener en los tiempos que corren? 
-Cada vez peor y cada vez es más difícil llevar una compañía grande por el mundo. Pero seguimos intentándolo, aunque se nos está haciendo cuesta arriba en estos últimos años. Sin ayudas 

-Se acabaron las ayudas. 
-(Risas) Las ayudas se han ido quedando poco a poco por el camino. Pero intento no quejarme, porque no quiero caer en la espiral que vivimos en este país. De momento, lo que quiero es seguir dándole gracias a Dios por mantener la compañía durante quince años. Tengo la obligación de seguir contento. 

-Asumió un gran riesgo al levantar su propia compañía... 
-Fue una locura, no sabíamos qué iba a pasar después del estreno. Pero afortunadamente, hoy estamos hablando tú y yo quince años después. 

-Cuando lo que se lleva es la fusión, usted defiende el baile gitano más puro. ¿Va a contracorriente? 
-Siempre me he sentido así, a contracorriente. Pero no he tenido más remedio: bailo como siento. No es que quiera defender, ni imponer, ni hacerme abanderado de nada. Soy gitano, de Jerez de la Frontera y del barrio de Santiago. Mi abuela fue Tía Juana la del Pipa. Creo que ella me lo regaló y que esta tierra me dio esa forma de bailar. No es que esté empeñado, es que no sé hacerlo de otra manera. ¿Que la gente está fusionando? Pues desde aquí mi enhorabuena. Que sigan. Yo seguiré bailando el cante, la guitarra y las palmas. 

-¿Hay mucho fraude en la fusión? 
-No es flamenco todo aquello que se etiqueta como tal. La fusión quizás lleve a la confusión. 

-Se identifica más con los mayores que con los jóvenes. ¿No es así?
-Por supuesto, fueron mis maestros. Hubo una época dorada en el flamenco que fue en la que yo me enamoré. Gades, Mario Maya, Güito, Manolete, Manuela Carrasco, Matilde Coral, Blanca del Rey... 

-Y, ¿qué pasa con los jóvenes? ¿No les gusta el flamenco de raíz? 
-No les ha tocado vivir esa época bonita y ven lo que se hace hoy en día. Quizás haya una desinformación de lo que es el auténtico flamenco. La gente hoy se está complicando la vida bailando flamenco, cuando de lo que se trata es de sentir y bailar real. Pero no soy quién para juzgar a los demás. 

-En el baile hay muchas figuras mediáticas: Joaquín Cortés, Rafael Amargo, Antonio Canales. Usted se mantiene al margen. ¿Es una decisión personal? 
-Es una decisión muy pensada. Yo he creído siempre que no tenía por qué estar en esa onda. De la única forma que a mí se me tiene que conocer es por cómo bailo. Mi vida no es interesante. 

-No se siente cómodo en el mundo del espectáculo. 
-Para nada. Me siento cómodo bajándome a tomar un café al bar de la esquina. A mí no me acosa la prensa. ¡Dios me libre! No quiero eso. 

-Ha dicho en alguna ocasión que hoy falta personalidad. ¿Se imita demasiado? 
-Claro. Tenemos que aprender de todos los grandes, pero jamás imitar. 

-Estar en el escenario conlleva un gran desgaste. ¿Cómo lo lleva? 
-Eso es lo que te hace mantenerte vivo y fuerte. Cuando una persona ve que se abre un telón, no sabe lo que hay detrás: días y semanas preparando lo que van a ver durante dos horas. Tenemos las botas puestas durante mucho tiempo antes de que se levante el telón. Con la familia 

-¿En su tiempo de ocio baila? 
-¡Flamenco no! El tiempo de ocio se lo dedico a mi familia. 

-En casa, ¿no escucha flamenco? 
-No mucho... es que me suena a trabajo. Si llego a mi casa y escucho a Terremoto o a Camarón, me pondría a bailar. 

-¿Qué música lleva en el coche? 
-Me gusta toda la música pop española. Me gusta la música que diga algo, con mensaje, y de ahí puedo pasar a escuchar a la Filarmónica de Berlín, porque la dirige Simon Rattle, para mí uno de los mejores. 

-Lleva a gala ser gitano. ¿Se han superado los prejuicios? 
-Quiero pensar que sí, aunque sé que no. A mí nunca me ha tocado vivir la marginación ni el prejuicio, porque vivo en una tierra que ama a los gitanos; pero sé que fuera de nuestras fronteras la hay y eso me duele mucho. 

-Ejerce de profesor. ¿Cómo se enseña el duende? 
-No se enseña, se comparte.

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